La aventura de ser maestra la relaciono con el gusto de superarme y hacer mejor y más agradable mi trabajo. En este sentido, los retos de este viaje son los que siempre me han ofrecido nuevas posibilidades que diariamente se presenta en las aulas con los grupos de alumnos, jóvenes inquietos que siempre están en busca de nuevas experiencias, algunas no muy ortodoxas o poco recomendables para su salud física y mental.
No creo que la aventura de ser maestro tenga que ser un estado anímico parecido a un apostolado empático donde el profesor tiene que carecer hasta de vida personal para entregarse totalmente a cubrir las necesidades de los alumnos, sino antes bien, un proyecto totalizador de vida donde los intereses personales se puedan cubrir satisfactoriamente y en un estado de bienestar individual y personal.
Comento esto, porque alcanzar ese hipotético estado de apostolado docente, con la frenética búsqueda de la vocación de ser maestro, logrando la felicidad, solo a partir de la enseñanza, suena muy bonito pero seguramente, ni siquiera al Dr. Esteve o la multitud de pedagogos españoles que lo afirmen, les ha tocado encontrarse con alumnos que a la par de estudiar el Bachillerato, son narcomenudistas, pasadores de billetes falsos, proxenetas de sus compañeras o ladrones, que pasan condenas en el Reclusorio Oriente del DF o en el Centro de Menores Infractores de la Ciudad de México.
Tal vez suene muy cínico de mi parte, pero esto es parte de mi experiencia y cotidianidad; en la vida diaria, siempre vamos a encontrar buenos, malos y regulares estudiantes, profesores, escuelas y autoridades y tenemos que aprender a vivir con todos ellos, pero siempre con las reservas del caso, ya que es difícil generalizar diciendo que todo es bello y maravilloso o que todo es negro y sin esperanza.
Paty

1 comentario:
Saludos Paty
En la vida nos vamos a encontrar de todo tipo de alumnos, la habilidad de nosotros es encontrar
el lado positivo de ellos através del deporte, la música, los comentarios sobre el futbol es de ahí donde sutilmente vamos a engancharlos para guiarlos a las competencias educativas.
Claro que el magisterio es un apostolado el cual lo llevamos con responsabilidad y empatía con los jóvenes bachilleres.
:::::Betty:::::
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