domingo, 8 de noviembre de 2009

Concepciones de aprendizaje y Modelo educativo por competencias

El humanismo moderno, es la posición filosófica subjetiva e idealista, de considerar que la concepción del hombre y la vida humana (personal y social), es el punto central de toda la existencia y que integra organizando en sí, a todos los valores humanos que determinan nuestras acciones, ideas y visiones de la Realidad, en forma polifacética y es una reacción contra las posiciones filosóficas racionalistas, materialistas y objetivistas de la realidad.

Como corriente vitalista, el humanismo plantea que no hay nada por lo que deba vivirse salvo la propia vida y que la vida humana deba subordinarse a nuestra noción de humanidad; se vive para y por la vida humana, siendo ella su único fin, pues la vida humana es la realidad básica.

Uno de sus integrantes, J. Habermas como filosofo subjetivista, ha planteado que la objetividad no es la garantía que permite obtener la verdad en el conocimiento, sino solo es un intento de la voluntad de algunos individuos de sustraerse de su subjetividad permanente (como podría ser el caso en las concepciones del aprendizaje por descubrimiento e incluso de la psicología cognitivista) y que el conocimiento es solo lenguaje y conversación, de manera que el ser humano como ente no puede realizarse en torno a una hipotética verdad perfecta, objetiva y eterna,(como sería en las perspectivas conductistas de la educación o en las de la teoría del procesamiento de la información) sino a realidades cambiantes manifiestas en el arte, la historia y en la conducta práctica y política y donde las interpretaciones que hacemos y producimos de la realidad (donde no solo construimos conocimientos, sino que cambiamos nuestro ser de manera personal e intransferible), se hacen en base a diversos intereses personales de diversos tipos.

De esta forma, muchos autores españoles, plantean que las concepciones educativas constructivistas y del socioconstructivismo, son las más adecuadas, coherentes, lúcidas y practicables para la actual Sociedad Postmodernas, dada su cercanía, afinidad y coherencia con las corrientes filosóficas agrupadas en el denominado humanismo moderno.

Ante esto, se ha planteado que estas concepciones educativas constructivistas, son congruentes con el enfoque del Modelo de Competencias Educativas, ya que este propone construir condiciones para el aprendizaje significativo, y además este modelo esta centrado en el desarrollo y creación de saberes, conductas, actitudes y valores aplicados a situaciones-reto, que nos permiten mejorar como seres humanos a la par de solucionar problemas, tanto a estudiantes como a profesores.

Aprendizaje y competencias educativas

El autor del texto, que es la base de nuestro comentario, es Xavier Vargas Beal, que es arquitecto con doctorado y que trabaja como profesor en el Derpartamento de Habitat y Desarrollo Urbano en Guadalajara en el ITESO; ha incursionado en las áreas de la filosofía educativa, de la arquitectura y de la ontología del diseño arquitectónico. Es autor del concepto de arquipisteme.

En su texto, Vargas Beal se presenta como un autor humanista de la educación que plantea que el modelo de competencias puede estar inscrito en una posición humanista de la educación; de hecho todo su texto es un argumento para dar solidez lógica y coherencia a su propuesta de que el modelo de competencias educativas aplicado tanto a estudiantes como a profesores-facilitadores, es una parte integral de la educación humanista.

La educación humanista plantea que el conocimiento que tenemos de la realidad, no es más que una construcción de saberes que nos permiten interpretar la Realidad y que la construcción de estos saberes, (conocimientos, habilidades, valores y actitudes) requiere de una serie de saberes previos, de intereses sobre los saberes adquiridos y por adquirir y de cambios de identidad personal, en los sujetos que están conociendo (o más bien, construyendo el conocimiento) como serían los alumnos y los profesores-facilitadores.

En este contexto, obviamente el proceso de aprendizaje no puede ser trivial, ni banal, ni intrascendente sino forma parte importante de la experiencia vivencial humana, que le permite formar y transformar su personalidad y existencia como ser humano; es así parte del propio y permanente proceso cognoscitivo, inherente a la mente y personalidad de todos y cada uno de los seres humanos.

La cuantificación cualitativa y cuantitativa del avance, dirección y grado del aprendizaje concebido de esta manera, no puede ser realizada de manera mecánica y reducirla a comprobar datos memorísticos o comparar exactitud en rutinas de conductas y hábitos mecánicos y repetitivos.

Es necesario realizar la evaluación de los saberes, en torno a criterios psico-pedagógicos de conocimientos, valores, habilidades y actitudes que nos permitan desarrollar ideas y conductas dentro de situaciones y espacios, que no solo nos permitan resolver problemas, sino crecer como seres humanos a nivel individual y de manera colectiva.